lunes, 27 de agosto de 2018

La despedida.

"Las peores despedidas son esas que no se dijeron”.



Capitulo final:

El 23 de mayo de 2014 cuando comencé con la Nube de Oort una de las cosas que quería era que cuando sintiera que el ciclo se había cumplido no lo dejaría huérfano e inconcluso sin una entrada de despedida ya que he leído tantos blogs que de la noche a la mañana y sin aviso sus autores los dejan sin uno saber si el “cierre” es momentáneo, definitivo o si el autor tuvo algún percance y yo no quería eso para el mío.

Y es por eso esta entrada, la numero 396. Llegó el momento de la despedida, el ciclo se cumplió y estoy aquí para agradecerles a los que me leen por más que haya sido una sola vez y por casualidad. No voy a cometer el pecado de mencionar a ninguno de los lectores o blogueros que me han acompañado, enseñado y ayudado durante estos años porque de seguro me olvido de alguno, pero tengo que agradecerles por tanto y a tantos.

Si miran la cantidad de entradas en el historial se van a dar cuenta que llegó el momento, comencé con tres entradas semanales, luego baje a dos y actualmente estoy en una entrada a la semana. Tengo menos tiempo por otras actividades y de a poco se estaba convirtiendo en una obligación el publicar, así que esto es lo mejor.

A pesar de ser esta la última entrada, el blog seguirá en “el aire” y voy a seguir respondiendo a todos sus comentarios como lo he hecho durante estos años. Esta entrada de despedida también la escribo para mí, para que dentro de dos, tres o cuatro semanas cuando me den ganas de volver a publicar algo en él, no lo haga porque ya me despedí y cuando lo hice fue después de pensarlo durante varios meses y ya no hay marcha atrás.

PD: Comencé escribiendo "capitulo final" y en realidad debí escribir "capitulo penúltimo" ya que  por curiosidad he dejado una entrada programada para ser publicada en el 2118. Espero que se publique si es que sigue existiendo esta cuenta.



Gracias totales.

lunes, 20 de agosto de 2018

Vatios (watt) y voltios (volt)

La diferencia entre vatios y voltios para mí siempre ha sido un misterio, pero ya me desasné y se cual es la diferencia o mejor dicho la función de cada uno. También se que a la mayoría de ustedes les ocurre lo mismo, pero al igual que yo nunca se han puesto a averiguar o si lo hicieron cuando compraron algún producto eléctrico de seguro no entendieron la explicación técnica ya que muchas veces el que sabe no sabe explicar o no sabe y solo les recita la definición.

Encontrar una explicación clara y sencilla para neófitos o simples usuarios de productos eléctricos no me resultó fácil. Pero sacando en limpio, deduciendo y preguntando me quedó claro, la verdad es que es sumamente sencillo y no entiendo porque los que saben se ponen tan complicados con las explicaciones.

Vatios o watt: Es el consumo de electricidad real de un producto eléctrico y el calor que puede generar en el aparato.

Voltios o Volt: Es la carga eléctrica que pueden llegar soportar los circuitos y el cableado de un producto eléctrico.

Por lo general los productos eléctricos llevan una etiqueta en la parte de atrás donde se especifican tanto los vatios como los voltios y siempre los voltios son “más” que los vatios, así el equipo queda protegido de una descarga inesperada o por fluctuaciones en la red de suministro.      


Visto así, no es tan complicado.
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lunes, 13 de agosto de 2018

Promesas de año nuevo.

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Cuando se acerca o comienza un nuevo año (se que estamos en agosto, pero...) no es poca la gente que se pone como meta el cumplir ciertas promesas como dejar de fumar, estar más con la familia y amigos, hacer dieta, casarse, salir menos o salir más, bañarse, hacer ese viaje tantas veces pospuesto o hacerse valer más en el trabajo, entre otras muchas. De todas las metas que nos ponemos alrededor de 1/3 son abandonadas en la primera semana de enero.

Más les digo casi el 15% no sobreviven las primeras 24 horas del primer mes del año. Existen algunos recaudos que puedes tomar para cumplir tus objetivos de año nuevo como organizar un calendario para cumplirlos, pedir ayuda a alguien en quien confíes para que te de ánimos y te intime a cumplir esos objetivos, incluso puedes programar ciertos premios con cada meta alcanzada.

Pero este tipo de reglas son algo inútiles ya que si eres de los que cumplen y tienen conducta no las necesitas y si eres como la mayoría que abandona sus promesas de fin de año en las primeras horas o días, es totalmente inútil que sigas estos consejos porque de seguro no los harás.


Lo mejor es seguir como hasta ahora, prometiendo y olvidando, es una tradición navideña más, es como comer uvas a la medianoche del 31 de diciembre o usar calzones amarillos y nuevos ese mismo día, tirar agua por la ventana, etc.   

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lunes, 6 de agosto de 2018

¿Cuánto es un año? Una pregunta no tan obvia.

Respuesta:

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Un año equivale a 365 días y seis horas; más o menos. Si fuera exactamente así, seria muy sencillo.

En realidad un año dura exactamente 365 días, cinco horas, 48 minutos y 46 segundos. Esta diferencia de 11 minutos y 14 segundos, que en un año no pareciera que hiciera la gran diferencia pero que en realidad hace una gran diferencia, ya que al cabo de cinco siglos supondría un desfasare de cuatro días; el Primer concilio de Nicea (año 325 DC) reglamenta el año bisiesto corrigiendo esas seis horas anuales que quedaban en el Limbo redondeando en seis horas anuales y un día extra cada cuatro años.

Esta pequeña cantidad de minutos (11 minutos y 14 segundos) que faltaban para completar las seis horas llevo que para el siglo XVI el año tuviera un desfase de diez días (un día cada 128 años) causando problemas de todo tipo, pero el hecho que Pascua se adelantara de tal manera que en el año 1582 se conmemoraría el 11 de marzo, convenció al Papa Gregorio XIII que había que hacer algo al respecto. En 1578 la Universidad de Salamanca realiza estudios sobre el desfasaje que le hace llegar a Gregorio XIII y en 1582 se comenzó a implementar lo que hoy conocemos como el Calendario Gregoriano en algunos países europeos y sus colonias.

La transición fue lenta a tal punto que al entrar el siglo XX aún existían países como Grecia, Rusia, Turquía, China, y Bulgaria entre otros con el calendario Juliano que de a poco se fueron pasando al Gregoriano. En la actualidad la Iglesia Ortodoxa y los Berebere en el norte de África continúan con el viejo calendario romano, mejor conocido como Calendario Juliano y todos lo notamos en Navidad que para los países ortodoxos es conmemorada en enero, dos semanas después que el resto de nosotros.
 
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El Calendario Gregoriano lo que hace es redefinir el año bisiesto y en vez de ser un día extra cada cuatro años pasa a ser definido de la siguiente manera: Año bisiesto es el divisible entre 4, salvo que sea año secular - último de cada siglo, terminado en 00, en cuyo caso también ha de ser divisible entre 400”. Y así se termina con ese pequeño desfase anual que tantos inconvenientes trajo no solo en lo religioso, sino en la vida cotidiana como en la agricultura, ya que las diferentes estaciones del año no coincidían con el calendario y a los agricultores se les complicaban las cosechas y las siembras causando grandes perdidas al no poder guiarse por el almanaque.

Año secular se refiere al último año de cada siglo, 1500, 1700, 1900, 2000, etc.

El paso del año Bisiesto Juliano, 100 años bisiestos cada 400 años; al Gregoriano de 97 años bisiestos en 400 años redujo la diferencia de 11 minutos y 14 segundos a menos de un minuto al año. Resumiendo, el calendario actual tiene tres años bisiestos menos que el anterior cada cuatro siglos, lo que reduce el desfase de un día cada 128 años, a un día cada 3300 años, algo tan irrisorio que en ese periodo de tiempo es imposible decir incluso que exista ese día extra ya que la rotación y traslación de la Tierra tiene sus variantes que pueden llegar a cambiar los cálculos. Pero estamos hablando de un periodo tan grande de tiempo y tan lejano en el futuro que no vale la pena ni pensarlo.

El día extra del año bisiesto en el Calendario Juliano se encontraba entre el 23 y el 24 de febrero, de ahí que bisiesto (del latín) bis sextus dies ante calendas martii se traduce como: repítase el sexto día antes del primer día del mes de marzo. Y es en el calendario Gregoriano que se traslada al 29 de febrero.

Espero que no se hayan mareado con esta entrada y que algo comprendieran, de no ser así asumo toda la culpa. 



El próximo año bisiesto será el 2020.


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