En
2005 el Huracán Katrina afectó principalmente a las Bahamas, Cuba y EEUU, con
un costo de 108 mil millones de dólares (108000000000) y 1833 vidas. El mayor
daño lo causó en Nueva Orleans al destruir los diques que protegían a la ciudad
(Nueva Orleans se encuentra a 2
metros bajo el nivel del mar) permitiendo que el mar la inundara.
Los
habitantes tuvieron que abandonar sus casas más rápido que deprisa dejando todo
atrás, incluso sus refrigeradores sin vaciar. En catástrofes anteriores habían
tenido que evacuar sus casas por algunos pocos días y vaciar las heladeras no
era necesario, pero el huracán Katrina fue tan dañino para la ciudad que lo que
comenzó como una evacuación rutinaria de un par de días se transformó en
semanas fuera de sus casas.
Cuando
la gente volvió a sus hogares dentro del desastre que encontraron en sus casas, estaba el problema de los refrigeradores. La ciudad está ubicada en una zona muy
húmeda y calurosa, además de la falta de electricidad durante semanas, todo lo
que estaba dentro de las heladeras se encontraba descompuesto de tal manera que
resultó imposible limpiarlas y recuperarlas por lo que los habitantes optaron
por desechar los aparatos.
A
pesar que las autoridades de la ciudad reconocían el problema de salud que
representaban los refrigeradores y la comida descompuesta dentro de ellos no
podían hacer nada, eran miles de aparatos y los recursos con los que contaban
eran escasos y estaban abocados a tareas de más urgencia por lo que las heladeras
se acumulaban en las veredas, los días pasaban y los gases de la descomposición
comenzaron a hacer que los refrigeradores se abrieran inundando de mal olor la
ciudad.
La
gente comenzó a encintarlos para que se mantuvieran cerrados, luego comenzaron a
adornarlos con colores, escrituras y dibujos. El humor venia de la mano con la
tragedia, era como contar chistes en un velorio, fue un desahogo para la gente
y también como modo de protesta por la ineptitud de las autoridades frente al desastre.
Esto se transformó en un icono de la ciudad de tal manera que durante el Mardi Gras la gente se disfrazaba de heladeras. Los días se transformaron en meses y la decoración varió. Hubieron de Halloween y Navidad, sirvieron de protestas con graffiti en contra del gobierno y algunos de mucho humor.
No
importa el tamaño de la tragedia, el ser humano siempre tiene espacio para el
humor y el optimismo. Es parte de la naturaleza humana.
Refrigeradores decorados y encintados para que no se abran y apesten todo. |
Humor: lo de adentro es gratis. |
Al final, luego de 4 meses, las autoridades recogieron las últimas heladeras. |
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