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Mucha
gente solo tiene libre el domingo, otros el sábado de tarde y domingos todo el día
y los más afortunados tenemos ambos días, también están los que tienen sus
libres de forma rotativa o lo que es peor fijos entre semana. No quiero olvidar
a los pobres que no tienen día libre, pero de seguro es peor no tener trabajo,
pero esto no tiene que ser un consuelo a aquellos que no pueden disfrutar del
derecho de tener una jornada de descanso.
Vamos
a concentrarnos en los que disfrutan de los fines de semana. Durante siglos la
regla fue tener solo un día de descanso para principalmente dedicárselo a Dios,
pero la llegada de la revolución industrial cambió eso entre otras muchas
cosas.
La
mayoría de nosotros conocemos las historias de las difíciles condiciones laborales
de las fábricas que llevaban a la depresión y hasta el suicidio a muchos de los
trabajadores que tenían que soportar tales condiciones de trabajo. Muchos no
llegaban al extremo del suicidio, pero se refugiaban en la bebida, volviéndolos alcohólicos, destruyéndose ellos y sus familias.
La
epidemia del alcohol trajo serios problemas en la producción industrial ya que
los obreros dejaban sus trabajos los sábados y se entregaban a la bebida ese
mismo día y el domingo por lo que al llegar el lunes, totalmente destruidos,
muchos de ellos faltaban ese día debido a que les resultaba imposible soportar la
jornada laboral con la resaca a cuesta. Llegó a ser tan alevoso que los obreros llamaron al primer día laborable de la semana “San lunes”. Los industriales en un intento por erradicar
esta práctica implementaron la media jornada del sábado con la condición de que
los obreros se comprometieran a no faltar los lunes, el alcohol resultó ser
mejor que cualquier sindicato de la época.
Esto llegó a ser una solución a medias en donde pocos resultaron conformes ya que
muchos seguían faltando los lunes, las iglesias seguían reclamando que los
feligreses preferían el alcohol y los empresarios continuaban perdiendo dinero
hasta que en 1908 una fábrica de EEUU le otorgó a sus funcionarios el sábado
completo libre llegando así al fin de semana de dos días que conocemos y muchos
disfrutamos hoy.
Esto
prendió de inmediato siendo imitado por otras fábricas y exigido por los
sindicatos y las iglesias que veían una oportunidad de recuperar el domingo
para Dios. Así que este próximo viernes cuando estés saboreando el fin de
semana recuerda que no se lo debemos a la larga lucha sindical sino que se lo
debemos al alcohol.
Esta
entrada no tiene título, no porque me haya olvidado sino que quería hacer algo
diferente y solo se me ocurrió prescindir del titulo, tal vez la próxima vez le
ponga titulo pero prescinda del contenido.
Al fin de cuentas el alcohol tiene su propia historia :))) Padrísima entrada querido Federico, narrada con el buen humor y tu muy particular estilo, yo la he disfrutado y te mando como siempre abracitos con cariño...!!!
ResponderEliminarMuy original lo del titulo, ese eres tú sin duda...
😃😃😃
Gracias amiga, pero ahora me da trabajo abrir la entrada sin entrar al blog:(((
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