sábado, 29 de abril de 2017

Códigos nucleares.

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A pesar que la guerra fría terminó hace casi 3 décadas el recuerdo se encuentra bastante fresco en muchos de nosotros que nos criamos con el holocausto nuclear en el horizonte. No es que nos levantáramos pensando en ello como se hacía en los años 50 y 60, pero nunca faltaba una noticia o película que te hacía sentir que estábamos cerca del precipicio.

El miedo a que el rose entre la URSS y EEUU nos llevara al aniquilamiento era solo superado por el miedo al error humano, una falsa alarma mal interpretada o un loco suelto que apretara el “botón rojo”. Para evitar cualquier error EEUU implementa en 1960 los famosos “códigos nucleares” que siempre se andan robando en el cine.

Esto daba más seguridad ante un error humano, algún psicópata o gobierno extranjero, ya que por esa época muchas armas nucleares estadounidenses estaban desplegadas en países poco estables como Turquía.

La idea era buena, el problema fue que el alto mando militar consideraba de más riesgo el olvido de los números y letras de los códigos o que los oficiales encargados de los lanzamientos fueran traicionados por los nervios en el momento de introducirlos e hicieran cualquier zafarrancho, a un lanzamiento erróneo o mal intencionado, por lo que decidieron que todos los códigos de todos los misiles fueran iguales y sencillos. Y que más sencillo que  00000000.
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Cuando supe de esta historia pensé que se trataba una leyenda de Internet como tantas, pero después de husmear un poco descubrí que es una historia cierta. Por 17 años este cúmulo de ocho 0 fue el cortafuegos más eficaz que tuvo EEUU para evitar un accidente nuclear hasta que un ex empleado de la Fuerza Aérea que terminó como diputado consiente del riesgo, se movió tras bambalinas para cambiar esto y luego de mucho batallar, ya que a pesar de lo obvio del disparate las cabezas responsables resultaron ser bastante cerradas, lo logró y los códigos actualmente son supuestamente más seguros.

Esta historia se mantuvo en secreto hasta mediados de los años 2000, que no se bien como ni porque salió a la luz. Viendo hacia atrás fue una locura más teniendo en cuenta que hoy día todos nosotros utilizamos contraseña para casi todo, desde mails y cuentas de Twitter hasta tarjetas de débito y transacciones bancarias que te exigen nuevas contraseñas cada cierto tiempo con números, letras mayúsculas y minúsculas que no coincidan con contraseñas anteriores, etc, etc. Y pensar que en la guerra fría con solo ceros se podía proteger al mundo.





          

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