lunes, 22 de septiembre de 2014

La venganza de Timoteo Dominguez.

Imagen. Vista satelital del Rió de La Plata.
"Esta bandera no se arría ni se entrega" 

Desde que Americo Vespucio descubriera para los europeos el Rió de La Plata en el año 1501, la isla Martín Garcia ha sido un punto estratégico para España, Portugal, Francia Inglaterra, Argentina y Uruguay. Todos la han ocupado y reclamado, a pasado de mano en mano durante 500 años hasta que en 1974 se firmo el tratado del Río de la Plata que definió el destino del río y sus islas.
En este tratado se dividieron la aguas y las islas por separado, lo que dejo islas uruguayas en aguas Argentinas y la isla Martín Garcia que paso a soberanía especial (reserva ecológica y zona desmilitarizada) argentina en aguas uruguayas terminando con un conflicto centenario.
Al finalizar la Guerra Grande a principio de los años 50 del siglo XIX  la isla estaba ocupada por el comandante francés Le Prédour que antes de abandonarla le envió una nota a ambos gobiernos rioplatenses informándoles de su retirada, lo que trajo un problema ya que ambos la reclamaron. Uruguay llego primero y la ocupo, Timoteo Dominguez comandaba la pequeña tropa y algunos civiles. Argentina protesto y la reclamo para si, notificando al gobierno uruguayo que la ocuparía.   
Después de una década de Guerra,  Montevideo no quería más problemas y ordeno a Dominguez que se retirara de la isla. Este lo hace a regañadientes pero antes reúne a sus hombres y a los civiles frente al pabellón Oriental y dice su famosa frase "esta bandera no se arria ni se entrega", dicho esto toma un hacha y corta el mástil con la bandera izada, lo sube al barco que lo sacaría de la isla y se la lleva a Colonia, ciudad a la que fue evacuado.
Después de ésto la isla siguió en litigio hasta la firma del tratado del Rió de la Plata, este tratado no dejo conforme a ninguna de las dos partes lo que lo hace equilibrado. Hasta el día de hoy Martin Garcia sigue siendo uruguaya en el colectivo nacional por más que en los papeles no lo sea.
La historia de Timoteo Dominguez no termino en 1853 al entregar la isla, en los años 60 del siglo XX su fantasma volvió a reclamar la isla y desde entonces a avanzado hacia ella.
En los años 60 al norte de la Isla Martin Garcia comenzó a asomar un banco de arena que se fue transformando en una isla nueva, esta isla al estar en aguas uruguayas según el tratado correspondía a soberanía Oriental y fue bautizada con el nombre de Timoteo Dominguez.

Imagen. Martin Garcia y al norte la naciente Timoteo Dominguez.
La superficie corresponde a la suma de ambas islas.
Esta nueva isla con el paso de los años ha crecido y se ha unido a su hermana, abrazándola y en un futuro la va a rodear por completo dejando una isla dentro de otra isla y la venganza del patriota Oriental va a ser completa. No solo eso sino que Timoteo Dominguez se esta alimentando del aluvión de sedimentos que llega desde el rió Parana, o sea que crece con tierra argentina. Este hecho fue previsto en el tratado del Rió de la Plata por lo que el día que sea engullida por la nueva isla se habilitaran 3 salidas soberanas para Martin Garcia.
Esta justicia poética ha hecho que en la unión de ambas islas se haya creado la primer frontera seca entre ambos países.
Legalmente tal vez la isla les pertenezca, pero poéticamente sigue siendo nuestra y las mejores playas también, gracias a las corrientes que llevan todo el barro y aguas turbias al lado argentino dejando las aguas claras y las arenas del lado uruguayo.

Imagen. Se pueden distinguir claramente a ambas islas y el sedimento que las rodea. 



8 comentarios:

  1. Excelente. Solamente falta revisar el texto que falta una h. Lo demàs impecable.

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  2. Efectivamente, ha pasado mucho tiempo...

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  3. 2022, sigue sin poner la h. «desde entonces *ha* avanzado hacia ella.»

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    1. Timoteo Domínguez no sé procupó por eso, agarró el hacha o el acha y eso es lo importante. Buena nota

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  4. Tenía entendido que al Río de la Plata lo descubrió Juan Díaz de Solís el 2 de febrero de 1516. No hay constancias de que Vespucio haya llegado hasta aquí. De todas maneras, buena nota, y justa.

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